Ante esta pregunta, creo que todos tenemos
una respuesta directa; todo lo que podemos tocar, ver, oler, sentir… en
definitiva, nuestro día a día es real, pero lo virtual se hace paso entre la
realidad engañándonos hasta el punto de no conocer cuál es la línea que nos
separa de lo imaginario. Todas las sensaciones que nos hacen percibir algo como
“real” se forman en nuestro cerebro. Si conseguimos tener la tecnología para
crear una ilusión en nuestra cabeza; al igual que pasa con las ilusiones
ópticas, que lo que hacen es engañar a los sensores de los ojos jugando con los
colores, el brillo, el movimiento, etc; pues en caso de conseguir crear una
ilusión de realidad, nuestro cerebro automáticamente empezaría a dudar de qué
es realmente de verdad, llegando al extremo de poder sentir que lo tocamos, sin
estar tocándolo realmente. La tecnología
está cerca de poder conseguir la perfecta realidad virtual, tal y como podemos
ver en las películas.
La película de Matrix se basa en esto, que vivimos en un mundo totalmente virtual,
que no es más que un programa informático al cual estamos enchufados, que nos
hace percibirlo todo como realidad, cuando la verdadera realidad son las
personas encargadas de manejar todo el programa informático, que viven en un
mundo dominado por máquinas.
En definitiva, creo que la verdadera realidad
no se sitúa a nuestro alrededor, sino en nosotros mismos. Tu vida puede ser
real o “virtual” y sólo depende de que seas una persona crítica, de que tomes
tus propias decisiones y que seas consecuente con ello. Sin embargo si dedicas
tu vida a copiar a los demás, a dejarte llevar y no ser consciente ni
responsable de todo lo que haces, pasas a tener una vida virtual o inanimada,
no eres más que una máquina consecuente de la sociedad en la que vivimos, que
nos anima a no pensar, y por lo tanto no ser reales.